Para poder ver los vasos sanguíneos
en una radiografía, se necesita inyectar un agente de contraste en la sangre. De
no ser así, el haz de rayos X atravesaría los vasos sin aparecer en la imagen.
Los agentes de contraste se utilizan también para visualizar otras cavidades
como el tracto gastrointestinal.
Hoy en día se utilizan compuestos
a base de yodo como contraste pero entre 1930 y 1955, los agentes que se
utilizaban contenían dióxido de torio. Los compuestos con torio producían unas
imágenes excelentes debido a una alta opacidad del torio.